

¿La justificación? El mismo comunicado la proporciona en su parte final cuando afirma que “como conclusión se hace de su conocimiento (del IFAI) que los medios indicados fueron proporcionados como un apoyo de esta dependencia y utilizados para difundir la imagen del gobierno federal …”
Uno podría (ingenuamente) pensar que esta forma de administrar los recursos públicos es circunstancial y que, de ninguna manera es la forma en que nuestra clase gobernante entiende la administración pública. Sin embargo, la revista Día Siete en su número 405 nos recuerda que ya desde el 2006, al final de la campaña presidencial, Calderón compró espacio en el guión (sí, en el guión) del refrito colombiano “La fea mas bella” con lo que (re)inauguraba una práctica de transfusión de recursos públicos a negocios privados con la justificación de “venta de imagen”. Así, poco después, en la misma telenovela aparecerían el gobernador de Nuevo León y su esposa con la finalidad de “promover a su estado” a cambio de asumir los costos del último mes de grabación de esa historia.


Por parte de las televisoras la estrategia es la misma, ordeñar los recursos públicos para engrosar sus bolsillos aunque la táctica sea diferente. Antes, se trataba de hacer pelear a los partidos políticos (a través de chismes, diatribas y sobre todo, las amenazas de linchamiento mediático) y ahora la táctica es hacer competir a los gobiernos estatales por un espacio en las telenovelas. Los gobernadores de los estados han mordido el anzuelo, como es el caso del gobierno de Puebla que (según Día Siete) apoyó con 1.6 millones de pesos la filmación de la telenovela “Fuego en la Sangre”, mientras que a Colima le costó casi cinco millones de pesos el que sus escenarios naturales aparecieran en el teledrama “Contra Viento y Marea”. Jalisco, por su parte (otro día hablaremos de la macrolimosna) aportó 12 millones de pesos a la producción de “Las tontas no van al cielo” después de otra aportación no especificada a la filmación de “Destilando amor”. Guanajuato apoyó, con montos también desconocidos, la producción de la teleserie local “Vida mia”. La lista es larga, pero solo como aproximación a este fenómeno, Día Siete menciona los casos de Amor real (2003), grabada en Hidalgo; Alborada (2005) realizada en Michoacán y Puebla; La esposa virgen (2005), grabada en Puebla y Tlaxcala; Código postal (2006) en Guerrero; Juan Querendón (2007), en Michoacán y Pasión (2007) filmada en Hidalgo y Morelos. ¿Cuánto costó a cada uno de los estados mencionados, la fugaz aparición de sus escenarios naturales en esas telenovelas? ¿Cuanto cuesta al contribuyente la ansiedad de los gobernadores por aparecer junto a los galanes de telenovela?
¿Cuánto nos cuesta como país la autopromoción de la actual clase gobernante?
¿Cuánto nos cuesta como país la autopromoción de la actual clase gobernante?
