miércoles, 2 de julio de 2008

La otredad, la bronca con el otro, con los otros.


Considerado por algunos como el problema filosófico del siglo XX, la otredad o alteridad, es decir, la relación con los otros, con los diferentes, con los que no son como yo, parece que persistirá con un lugar privilegiado en la problemática humana del siglo actual. Los elementos que demuestran su carácter problemático se expresan en hechos incuestionables que marcaron al siglo anterior, como por ejemplo, dos guerras mundiales y multitud de guerras regionales y revoluciones nacionales. Por supuesto, el problema de la alteridad no sólo es un problema de la relación entre naciones o entre clases, razas o grupos sociales. Es también un problema de relación entre dos personas. Así como los pueblos levantan barreras infranqueables para impedir el paso de los diferentes, así también los individuos erigimos nuestras más poderosas defensas para establecer relaciones interpersonales en las que no sea evidente nuestra vulnerabilidad. Todos necesitamos del otro(a) pero nadie queremos correr riesgos. Percibimos al otro como necesario(a) pero peligroso. El resultado es una forma de relacionarnos dañina, lastimosa, sin futuro. Seguramente tiene que ver con lo que Marx define como enajenación en los Manuscritos económico-filosóficos, obra considerada la mejor expresión del llamado “joven Marx”. Sin embargo, hoy quiero abordarla a través de lo que el viejo Charles Bukowsky plantea en el siguiente poema:

A solas con el mundo

La carne cubre el hueso
y dentro le ponen
un cerebro y
a veces un alma.
Y las mujeres arrojan
jarrones contra las paredes
Y los hombres beben demasiado
y nadie encuentra al otro,
pero siguen buscando
de cama en cama

La carne cubre el hueso

Y la carne busca algo más de carne.
No hay ninguna posibilidad:
Estamos todos atrapados
por un destino singular.
Nadie encuentra jamás al otro.

Los tugurios se llenan,
los vertederos se llenan,
los manicomios se llenan,
los hospitales se llenan,
las tumbas se llenan.


Nada más se llena.

1 comentario:

Aritta Bonitta dijo...

Hola que tal, lo que escribes parece ser el inicio de una buena lectura, pero sólo el inicio, a mi parecer le falta algo más, parece sólo una introducción, me quede esperando un poco más de tus conocimientos y comentarios, me quede en la espera de un buen consejo dentro de esta lectura. Espero que la próxima lleve un poco más de ti, y no se quede en lo descriptivo, al menos esa es mi percepción, aún así espero más de la próxima página de este blog que reviso cada que puedo entrar a internet.
Gracias por cada cosa que eh aprendido de ti, por lo bueno y lo malo, por los diálogos, esas largas charlas que en ocasiones parecen peleas, gracias por escuchar mis comentarios y gracias por alimentar día a día las ansias por saber y analizar más en este mundo, para así facilitar o mas bien dicho bien vivir la alteridad en la actualidad, que sin duda se turna un tanto complicada en sociedades tan complejas como la que nos ah tocado vivir.
Sólo me resta decir que hay que ser felices por nosotros mismos, con nuestros actos, con nuestros triunfos y fracasos, los propios y no anteponer a nadie más en nuestra felicidad; me parece un buen consejo, lo difícil es cumplirlo jajaja.
Los mejores deseos para este mes.